Una rosa y un clavel
se enamoraron un día
con el rocío de la noche
las, aromas confundían.
Al amanecer la aurora
y des pues que el Sol salia
la humedad de los pétalos
muy pronto desvaneció.
En un rincón escondido
unas gotas que daría es la
esencia del amor que
siempre permanecían
al llegar la primavera
la boda se celebró
y en un rincón del jardín
fueron felices los dos.
Encarna Gordo
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