En el silencio estrellado
daba la luna a una Rosa,
con las gotas de rocío
la hacia mas hermosa
y los luceros del cielo,
se enamorarán de la Rosa
como !cortejan y miran
embriagados con su aroma¡
se abre el cielo nocturno
de Dios y su madre hermosa.
Son de plata los reflejos
la luna tranquila y sola,
acariciaba a la Tierra
y acompañaba a la Rosa
silvestre estaba escondida
la Tierra sobre las rocas
exhalava sus entrañas
fundida sobre su aroma.
Encarna Gordo